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Habilidad No. 1 de la Inteligencia Emocional

Feb 05, 2025
Virtuosum
Habilidad No. 1 de la Inteligencia Emocional
7:57
 

 

 

¡HOLA! Bienvenido a Miércoles de Liderazgo. Te ofrezco ideas para fortalecer tu liderazgo dondequiera que lo ejerzas. Te saluda Alfredo Esponda. Gracias por estar aquí.

 

En el artículo anterior te plantee que la IE (inteligencia emocional) se puede desarrollar a lo largo de la vida mediante 12 habilidades que, claramente, han identificado quienes se han abocado a su estudio, encabezados por Daniel Goleman. También te informé que según Goleman el IQ (cociente intelectual) no llega más allá de los veinte años, el cociente que alcanzaste, así se queda el resto de la vida. Ya no hay manera de desarrollarlo, a diferencia del EQ (cociente emocional) que a base de aprendizaje lo mejoramos a lo largo de la vida.

 

Goleman plantea que hay dos etapas en el desarrollo: la primera es la obtención de habilidades desarrolladas que permitan entrar a un trabajo, allí cuenta el IQ, los estudios realizados y la experiencia acumulada en trabajos previos, éstas se conocen como “habilidades base” Sin embargo, una vez que eres aceptado, lo más probable es que tus compañeros tengan un desarrollo similar. ¿Qué harás para diferenciarte? ¿Cómo conseguirás distinguirte para merecer un ascenso o un aumento?

 

La segunda etapa es la de las “habilidades distintivas”. Aquí entra en acción la IE, porque vas a desarrollar habilidades de trato social, lograrás ser aceptado, serás influyente al plantear iniciativas de crecimiento para tu empresa. En consecuencia, debemos ver a la IE como la herramienta más importante para el desarrollo profesional. Claro, con las habilidades “base”.

 

Dicho lo anterior, entremos a la HABILIDAD No. 1: CONCIENCIA DE UNO MISMO. El punto de partida es aquello que hemos sabido desde siempre “conócete a ti mismo” desde los griegos, está estampado a la entrada del Oráculo de Delfos.

 

Goleman nos confirma: “la habilidad fundamental de la inteligencia emocional es la conciencia de nuestras propias emociones y la manera en que moldean nuestro pensamiento, percepciones, recuerdos e impulsos para actuar”

 

¿Qué tal? Volteemos a ver la realidad. Recuerdas aquella primera semana, sentado en la Oficina Oval como presidente No. 47, al recién estrenado Donald Trump. Quería voltear de cabeza a todo el mundo comenzando con el propio Estados Unidos. Se echó para atrás y así tomar impulso: pasó lista a todas sus promesas de campaña y comenzó a lanzar órdenes ejecutivas (decretos). Puso en acción “promesas hechas, promesas cumplidas”.

 

Su ímpetu con pérdida de control emocional lo llevó a llamar criminales y bandoleros a todos los indocumentados de todos los países del mundo, especialmente a los latinos ¿Por qué nos odiará tanto? Ordenó que se les apresara y que fueran regresados a sus países de origen. No paró allí, liberó a todos los encarcelados por el motín que él organizó y que los fiscales y jueces se encargaron de condenarlos. Siguió con los jueces y fiscales del caso a quienes despidió ipso facto. Sólo le faltó meterlos a la cárcel, pero ya habían renunciado los principales funcionarios.

 

Claro, algunos dirán, tiene plena conciencia de sí mismo, es un desgraciado y no le importa manifestarlo. Usa de pretexto que al plantear su programa ejecutivo la multitud le respondía enardecida. Se las prometió y ahora se las cumple. Para colmo, él interpreta que la falla que tuvo el tirador que, en vez de matarlo, nada más le hirió la oreja, es una señal “Dios lo protegió para que él pueda hacer más grande a los Estados Unidos”. Con esa convicción nadie lo para.

 

Este dato se puede considerar magnífico, más allá de lo cotidiano para los seres mortales como tú y yo; sin embargo, esos casos de “salida de sus casillas” le pasa a todo mundo. ¿Cómo has reaccionado cuando te ganan el lugar de estacionamiento mientras te hacías para adelante y luego echar reversa? ¿O cómo te tuviste que controlar porque el camión pasó a toda velocidad y no hizo la parada donde tú lo estabas esperando?

 

Los que quieren tomar conciencia de sí mismos practican mindfulness. El ejercicio es muy sencillo: concentrarse exclusivamente en la respiración, primero dejándola libre y luego controlarla con 4-4-4. Consiste en contar del uno al cuatro en tres tiempos: al inhalar, al sostener la respiración y al exhalar. Te recuerdo que Sor Juana decía que lo más difícil es “controlar a la loca de la casa”, es decir, la mente. Suele fugarse sin pedir permiso. El reto es regresar a la concentración de la respiración. Deja de leer y hazlo en este momento.

 

Otro ejercicio consiste en mantener atención sobre los estados de ánimo que estamos sintiendo durante el día: al lavarnos los dientes, al bañarnos, al vestirnos, al trasladarnos a nuestro trabajo, así sucesivamente. Tomar conciencia de nuestras emociones y valorarlas, ¿esta emoción que estoy sintiendo me ayuda al propósito de esta tarea?

 

Ante las divagaciones de nuestra mente, hemos de hacer el esfuerzo de mantener el enfoque en lo que realizamos. Eso de que es formidable el multitasking olvídalo, está demostrado que es un error. Creencia falsa.

 

Si tenemos por delante una tarea de aprendizaje es básico que hagamos gala de nuestra capacidad de concentración. Aprendemos más en menos tiempo. Cualquier distracción es costosa para nuestros afanes de aprender algo que nos será útil.

 

Estas etapas de concentración nos llevan a sintonizarnos con nuestro cuerpo para poder controlar nuestros impulsos. Estos controles facilitan percibir nuestras corazonadas ante la necesidad de tomar una decisión, se supone que nuestras corazonadas nos pueden guiar más que la razón, en ciertas circunstancias.

 

Desarrollar la “CONCIENCIA DE UNO MISMO” no es una tarea de una vez, es una práctica cotidiana, hasta conocer nuestras reacciones y lograr dominarlas. Lo intempestivo puede ser trágico en situaciones particulares, si ejercemos el control nos sentiremos mejor.

 

Mucho que reflexionar y ejercitar, nada difícil, no es correr un maratón, son carreritas de dos o tres kilómetros, pero diario. Así nos transformaremos hacia la clase de personas que anhelamos ser. Vale la pena dominar estas 12 habilidades de la inteligencia emocional. El futuro te lo recompensará. Nos faltan 11 habilidades, perseveremos.

 


¡HASTA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES!

 

Arthur C. Clarke: La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de dichos límites, en lo imposible.

 

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