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Escucha el podcast: ¿Qué te Provoca Enojo?
¡Hola, bienvenido! Te saluda Alfredo Esponda. Te propongo un tema para reflexionar, confío en que sea de utilidad para ti.
Recibí la llamada de emergencia de mi cuñada, me decía que a mi hermano le había dado un infarto craneal. De inmediato me propuse viajar para estar con él. Logré un lugar en el primer vuelo del día siguiente. Los vuelos a Tuxtla Gutiérrez son cada vez más socorridos y frecuentes.
En mi tiempo de espera, antes de la mañana siguiente, acudí al Oráculo de Delfos de nuestra época, el Google, para preguntarle: ¿Qué es un infarto craneal? La respuesta es que se llama accidente cerebrovascular o ataque cerebral. En ningún caso encontré lo que me dijeron en la llamada telefónica: infarto craneal.
“Los síntomas más frecuentes son la pérdida de movilidad, de un brazo o de la cara, cuando un paciente se le desvía la boca, dificultad para emitir palabras, afectaciones en la coordinación, como caminar mal; también se puede perder la vista súbitamente”
A mi hermano le afectó la coordinación, especialmente en el habla, problemas para articular palabras correctamente. Decía unas cosas por otras. Todo preocupante, pero no tanto. El verlo me dio tranquilidad. La reacción inmediata de mi cuñada para llevarlo a una clínica facilitó todo. Lo trataron con oxígeno, una inyección y pastillas, a la mar de oportuno, el médico que lo atendió resultó un experto.
Le pregunté: ¿qué te provocó esto? Mi hermano me dijo que sus constantes idas al ISSSTE para arreglar su pensión incompleta, llevando documentos una y otra vez, incluso asistiendo a las oficinas en la CDMX le tenía sumamente frustrado y disgustado, pero esta vez, el funcionario que lo atendió le dijo que no aparecía su expediente, que debía traer sus papeles una vez más, después de cinco ocasiones en que ya lo había hecho, eso lo reventó.
El periódico Reforma, en su sección internacional, publicó un artículo de Sumathi Reddy, reportero del The Wall Street Journal, donde se afirma: “Enojarte daña tu cuerpo más de lo que crees. El enojo es malo para la salud en más formas de las que cree”.
En tiempos acelerados como los que vivimos, cuando existe una permanente crispación por sucesos que, en realidad, muchas veces, ni nos atañen, pero allí estamos metidos. No sé lo que pase contigo, pero en mi caso, soy el tipo de persona que no puede desatender los noticieros, ni el periódico de cada día para estar enterado de lo que pasa, aunque, el día que no puedo atender eso veo que no pasa nada, el universo funciona bien sin mi atención. Ni así entiendo.
Entonces, la verborrea de la situación política en nuestro país, los insultos mañaneros, la guerra de Rusia-Ucrania, la lucha de Israel contra Hamás, el pleito Biden-Trump, los atascos en la circulación al trasladarme a cualquier parte de la ciudad, con desorden en el tránsito, etc. Todo ello, es suficiente como para tener los nervios de punta.
Según nos dice el artículo del The WSJ: “Un estudio reciente analizó los efectos de la ira en el corazón y encontró que puede aumentar el riesgo de ataques cardíacos porque perjudica el funcionamiento de los vasos sanguíneos. Cuando alguien se enoja, el cuerpo produce numerosas proteínas y hormonas que aumentan la inflamación en el cuerpo…produce el riesgo de padecer muchas enfermedades”.
Esto es particularmente oportuno para aquellos directivos obsesionados con el control, aquellos que a fuerza quieren que las cosas pasen de cierta manera o quieren que las personas se comporten como a ellos les gusta. Abrirse al cambio o a la inesperada acción espontánea de las personas nomás no pueden. Corren un riesgo inminente.
A mi hermano le recetaron una terapia de lenguaje para ir recuperando, paulatinamente, su capacidad de expresar sus ideas, pensamientos y emociones. Allí va, poco a poco, sintiéndose mejor.
En el caso del artículo de referencia, los médicos sugieren terapias de control de la ira, hipnosis, meditación, yoga y ejercicios físicos.
A ti ¿qué te provoca enojo? ¿hay algo que te desborda y pierdes el control? Te recomiendo que hagas todo lo posible para bajarle tres rayitas a tu explosión emocional. Después de todo, son muchas las cosas que están más allá de nuestro control. ¿No ganó tu candidata?
Que no ganó quien tú querías, pues a asimilarlo. Nos pasa con tanta frecuencia que más nos vale apechugar y seguir adelante. Lo importante es nuestra salud.
Te pido que reflexiones acerca del manejo que haces del enojo, de la ira, de la tristeza, en general de todas las emociones, afectan tu calidad de vida. Suerte.
¡HASTA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES!
JAMES ALLEN: Lo bueno o malo no está en la circunstancia, sino en la mente del hombre que la enfrenta.
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